El
acuerdo alcanzado hoy entre la UE y el Reino Unido, para pasar a la
siguiente fase de negociaciones, es muy malo para los 1,2 millones
de británicos que residen en la Unión Europea. Al comenzar las
negociaciones, Michel Barnier estableció el principio básico que ‘el
Brexit no debe afectar la vida cotidiana de las personas’. El actual acuerdo sobre los derechos de los ciudadanos no cumple con este
principio.
La nota técnica publicada sobre el acuerdo (el cuadro
comparativo de las posiciones de la UE y el RU) declara la continuación
de los derechos de los europeos y británicos a residir, trabajar,
estudiar y recibir prestaciones sociales sin discriminación en su actual
país de residencia. También confirma que los mecanismos para coordinar
las pensiones y la cobertura sanitaria seguirán en pie. Un tercio de los
apartados tratan los procedimientos de solicitud de residencia que han
sido la gran preocupación para los tres millones de europeos en el Reino
Unido, dado el ambiente ‘hostíl’ creado por el Ministerio de Interior
hacía los inmigrantes. Finalmente, el gobierno británico ha concedido el
‘efecto directo’ en la justicia británica de las clausulas sobre
la ciudadanía en el Acuerdo de Salida y que los tribunales británicos
tengan la obligación de tomar en cuenta las deliberaciones del Tribunal
Europeo de Justicia.
Sin embargo, las principales
reivindicaciones de la coalición de británicos en la UE, British in
Europe y sus asociaciones como EuroCitizens, han sido aparcardas para la
siguiente fase de negociaciones cuyo enfoque principal será el nuevo
acuerdo comercial entre la UE y el RU. La reivindicación más importante
es la continuación de nuestro actual derecho de libre circulación en la
UE. Según el acuerdo alcanzado, los británicos solamente tendrán el
derecho de residir, trabajar, estudiar etc en su actual país de
residencia. No podrán vivir o trabajar durante temporadas en otro país
de la Unión. Otros temas a zanjar son la homologación de títulos de
distinta índole y el derecho de trabajar como autónomo o establecer un
negocio en otro país.
Una fuente de preocupación también será los procedimientos para obtener un permiso de residencia y trabajo en los países de la UE. En este momento el proceso es de 'certificar' o registrar los derechos de los ciudadanos europeos y en España es bastante sencillo, casi automático. La UE ha aceptado el sistema propuesto por el RU en el que los ciudadanos tienen que 'solicitar' el permiso, dando lugar a muchos problemas, especialmente para las personas con menos ingresos. Es previsible que los países del UE27 adopten las mismas medidas que el gobierno británico. Esto añadirá aún más incertidumbre para los 300.000 británicos en España.
Acabar con estos derechos de la cuidadanía
europea pondrá en peligro el sustento de miles de familias británicas y
los futuros de muchos niños y jóvenes. La presidenta de la coalición
British in Europe, Jane Golding, ha declarado que ‘este acuerdo es mucho
peor de lo que esperamos. Para los británicos en Europa es un doble
desastre: no solamente perderemos nuestro derecho automático a la
residencia, también perderemos nuestra capacidad de circular libremente
en el territorio de la UE. Rogamos a los diputados del Parlamento
Europeo que no den su respaldo a este acuerdo durante el voto la semana
que viene.’
Desde EuroCitizens estamos muy molestos con nuestro
propio gobierno que se negó a aceptar la oferta inicial de la UE para
garantizar todos los derechos actuales de los ciudadanos europeos y
británicos después del Brexit. También porque ahora han firmado este
acuerdo que pone en peligro nuestros derechos básicos. A la vez estamos
muy desilusionados con la postura de la UE y Michel Barnier. Con este
acuerdo el Brexit sí afectará, y mucho, nuestra vida cotidiana.